Si no fuera porque tus ojos tienen color de luna

de día con arcilla, con trabajo, con fuego,

y aprisionada tienes la agilidad del aire,

si no fuuera porque eres una semana de ámbar

 

Si no fuera porque eres el momento amarillo

en que el otoño sube por las enredaderas

y eres aún el pan que la luna fragante

elabora paseando su harina por el cielo

 

Soneto VIII